Es un poco difícil leer sobre experiencias de parto en casa relatados desde el punto de vista de los hombres. A mi me gustaría escribir nuestra vivencia en casa, pues el primer parto, el de Nael, fue muy difícil para todos. Teníamos previsto que naciera en la casa de partos Migjorn, así que a las primeras contracciones de un viernes a las 12 de la noche conducimos hasta allí y el parto duró hasta el domingo a las 6 de la tarde, ya en un hospital por complicaciones que tuvimos y con una episotomía final de 13 puntos a Ariadna (la madre) y que luego le causó problemas durante casi un mes. Casi 3 días sin descansar, sin casi dormir y comiendo poquísimo.
Pero con Ainara teníamos la sensación que todo sería distinto. Este fin de semana pasado cumplíamos las 40 semanas de embarazo y casualmente unos amigos estaban pasando el fin de semana con nosotros. El domingo terminamos de cenar a las 11:30 aproximadamente y entonces Ariadna tuvo una contracción bastante fuerte por lo que dijo que iba a acostarse. Todos hicimos lo mismo, pero la verdad es que el parto había empezado… A las 12:00 empezaron ya contracciones con 12 minutos de diferencia, luego 10, bajó a 8 y a la 1:00 de la madrugada llamamos a la comadrona porque el tiempo entre contracción y contracción ya era de 5 minutos. Como Jordi, Laia y su hijo Teo ocupaban la habitación prevista para parir, nos fuimos al comedor. Pusimos la calefacción a 24 grados como nos habían recomendado, encendimos unas velas, pusimos una música de fondo y nos tumbamos los dos con unas mantas para pasar las horas juntos…
Las contracciones seguían y mientras esperábamos a la comadrona, llamamos a la madre (Mercè) y hermana (Alidé) de Ariadna, y a mi madre Maruja, para que acudieran y pudieran ayudarnos en algunas tareas, al mismo tiempo que pudieran cuidar de Nael, que ahora ya tiene 2 años y medio y está muy conectado con nosotros. En ese tiempo, preparé una infusión para Ariadna, un par de vasos de agua, y estuve acompañándola como iba pidiendo: algunos masajes, agarrándola, trayéndole lo que pedía, etc. A diferencia del parto natural anterior, aquí la madre no luchaba contra las contracciones, las dejaba pasar y las disfrutaba con todo el cuerpo.
Al rato, llegaron Alidé y Maruja y se encerraron en la habitación de Nael, por si se despertaba. Más tarde, escuché a Mercè entrar en casa e ir hacia el fondo de la casa, porque en la sala estábamos Ari, yo y la comadrona solos… Más o menos en ese momento hubo el primer tacto y la dilatación ya era completa sobre las 2.30 de la madrugada. Las contracciones habían aumentado de dolor cuando Nael empezó a llorar muchísimo porque se había despertado y quería venir al salón. La comadrona dijo que cuando eso pasaba era que el bebé estaba a punto de nacer, que existe una conexión muy grande entre el expulsivo y los hermanos/as. Fui a buscarlo y lo senté en mi regazo, al lado de la madre. Entre contracción y contracción Nael le daba besos a su madre y miraba atentamente sabiendo perfectamente lo que estaba pasando. Era precioso…
A las 3 aproximadamente Ariadna empezó a tener mucho dolor, la niña estaba ya preparada para salir y Nael empezó a llorar, por lo que él prefirió retirarse a su habitación con su tía Alidé a jugar mientras esperaban. Ariadna empezó a sufrir en esos momentos, preguntaba si sería capaz y la comadrona y yo le afirmábamos que sería perfectamente capaz, animándola y centrándola. Ese momento parecía crítico porque el nivel de lucidez de ella ya no era tan grande y necesitaba verse apoyada… La cabeza empezaba a asomarse ya, y llamé a Laia -la amiga nuestra- que nos trajera agua ya que lo había pedido Ari. En el momento en que apareció Laia en la habitación, Ainara empezaba a salir… Primero la cabeza, luego rápidamente el cuerpo y entre alegría y llantos de todos, pusimos a la niña encima de la madre, todavía con el cordón ombilical (que más tarde corté yo) y tapada con una buena manta… Eran las 3.45 del lunes 24 de Mayo cuando Ainara había llegado al mundo. En casa, con mucha tranquilidad y amor. Un regalo enorme poder parir así en casa…
No sabemos si será por cómo fueron los distintos alumbramientos, pero Ainara es una niña muy tranquila, que se enganchó al pecho muy rápidamente y que descansa y come mucho. Duerme con nosotros y está perfectamente sana. Ariadna es la más feliz del mundo: ha podido disfrutar del parto tal y como ella había querido, sin complicaciones, sin desgarros, sin puntos ni episotomías.. Ahora es un momento en el que también nos toca cuidar muchísimo a Nael, pues es duro para todos y toca respetarle sus enfados, sus alegrías y su manera de ver las cosas.
En fin, como decía al inicio, solo tenía ganas de compartir el parto y animar a aquellos que duden, que es una experiencia maravillosa para hacerla en tu casa y que es única en la vida de una persona.
5 Comentarios
Es emocionante leerte. Y ha sido emocionante estar pendientes de que todo fuera bien.
Enhorabona!
Molt emocionant. Felicitats, família i gràcies per compartir-ho!
Gracias por compartirlo, ¡enhorabuena! y muchísima suerte con tu nueva hija.
ufff… Increible… Es just exactament el que necessitava lletgir a un més i deu dies del naixament del meu fill!! Estic realment emocionat, tio… Espero que el nostra part pugui ser una mínima part de semblant al vostra… Ho tenim tot preparat amb la Ari i la sonia, a casa, amb tot l’amor i la confiança possible… Només imaginar-m’ho m’agafa una emoció… Estem entregats al curs dels aconteixaments… entregats al procés natural de la vida… Confiats i segurs de que és la millor opció. Una gran abraçada per tots 4. BENVINGUDA AINARA AL FASCINANT MISTERI DE LA VIDA! Quina millor manera d’arribar i que afortunada amb la família que t’ha tocat!
Muchas felicidades tanto por tu familia como por tu blog. Ha sido una entrada preciosa, a las mujeres nos han robado el parto y nos tratan como enfermas. La naturaleza es muy sabia y sabemos perfectamente parir sin un médico. Es cierto que hay un pequeño porcentaje de partos que si necesitan ayuda, para esos el hospital es una gran diferencia.