Hace tiempo que tenía ganas de escribir sobre la situación económica actual. Parece ser que mis apuestas de hace 4 años 2008 se van cumpliendo y vamos directos a una situación más insostenible. ¿Más paro? por supuesto. ¿Más violencia? sin dudarlo. ¿Más desigualdad? Económica y también social. La realidad es que España está en un callejón sin salida. Con una deuda de más de 900,000 millones de euros, solo hay 2 posibilidades económicas para afrontar el futuro:
- Una quita: la solución más lógica. Significa que se anula la mayor parte de los préstamos a devolver y asumen las pérdidas los prestamistas (bancos y accionistas en su mayor parte) y el estado queda liberado para hacer frente a cantidades que sí puede devolver.
- Imprimir dinero: lo que se hará. El Banco Central Europeo imprimirá miles de millones de € para pagar las deudas de los estados, creando inflación y devaluando la moneda. Esta es la solución que utiliza cualquier Gobierno con política económica propia (como los propios Estados Unidos), pero en el caso de la Comunidad Europea, significará imponer sus propias directrices económicas y cambiar el Presidente del Gobierno.
Pero mientras no se tomen las decisiones pertinentes, España necesita más de 500 millones de € diarios para hacer frente a sus pagos. Los ahorros de las familias siguen cayendo y los pocos que aún tienen, dejan el dinero en el banco. El gasto per cápita en transporte disminuye mes a mes y los servicios básicos (luz, agua, gas, etc) suben para compensar su caída de ingresos. Consecuentemente, el FMI no se equivoca en hacer predicciones pesimistas sobre el 2013: el futuro no cambiará mientras los políticos sean incapaces de dirigir un país sin pensar en sus intereses.
¿Y qué hacemos?
Ante un futuro tan negro, debemos trabajar para no caer la frustración. Hemos hablado muchas veces que el consumo local y de proximidad son lo más sensato y más rentable. En realidad, es la única salida que tenemos para mejorar el mundo económica y medioambientalmente…Los productos de consumo van a seguir disminuyendo durante años, no necesitamos 20 tipos de yogourt con colorante, zapatos nuevos cada 3 meses y tampoco cambiar de teléfono cada año.
La economía del futuro se centrará en las primeras necesidades, en servicios que ofrezcan un verdadero valor y que te ayuden en tu día a día. Servicios que ya existían y que el consumo destruyó: ¿qué ha pasado con todos aquellos oficios relacionados con arreglar cosas? ¿Cuándo has ido al zapatero de tu barrio? ¿Has ido al carpintero para arreglar tu vieja silla? ¿Has tapizado tu sofá para renovar tu salón en lugar de comprar uno nuevo?
De arquitecto a mecánico
El vecino de mi madre es peculiar. Aficionado al ciclismo, era un buen arquitecto, tenía una casita en Gracia y vivía con su mujer e hija. Un día tuvo que cerrar su empresa, y pasaron tiempos difíciles. Al cabo de unos meses lo vi arreglando el garaje de un vecino y más tarde, abrió un espacio encantador en el que repara bicicletas! Quizá pensarías que es una idea original, pero los datos nos avisan: en Grecia han pasado de 3 mecánicos de bicicletas para todo Atenas a más de 20 en solo un año.
Así que si ahora mismo estás en paro, quizá deberías reflexionar sobre aquello que realmente te apasiona y que podría servir a tu comunidad de vecinos. Los próximos años serán duros, necesitamos encontrar soluciones locales a nuestro día a día, y por primer vez, éstas no serán Made in china.
2 Comentarios
Fantástico post. Refleja en bastante medida mi manera de pensar relacionada con estos temas.
La transición económica implica reformularse. No solamente aquellos que han perdido su empleo, sino también quienes todavía lo conservan. No solamente es necesario cambiar hábitos de consumo por imposibilidad de hacer frente a las facturas que implica mantenerlo demasiado elevado. Es cuestión de realizar cambios cualitativos que nos conduzcan a otras tomas de decisiones, seguramente mucho más racionales que las que tomamos en la actualidad.