La mayoría de las plantas sufren cuando llega el frío, por lo que es interesante utilizar algunas técnicas de diseño para mitigar los efectos de las heladas en nuestras hortalizas y aromáticas.
Utiliza las rocas
Las rocas, como el agua, son elementos con una masa que capta la energía durante el día y la libera lentamente. Utilizar piedras grandes o rocas en el huerto y los bancales, o incluso al lado de los frutales, mantendrán las raíces con una temperatura superior a la media, permitiendo cultivar variedades que de otra forma sería imposible.
Practica el acolchado
Ya hemos hablado muchas veces sobre el acolchado, pero una vez más no viene mal recordar sus efectos: mejora la tierra, la retención de agua, incrementa la materia orgánica disponible y, además, protege las plantas del frío y la helada.
Crea espacios con agua
El agua es un elemento que capta calor durante el día y lo va perdiendo durante la noche. Las zonas que incluyan estanques o barreños llenos de agua son capaces de crear microclimas que protegen las plantas y que ofrecen humedad para el ambiente. Estas reservas de agua deben estar orientadas al Sur para tener mayor rendimiento e incluso reflejar la luz diurna y proporcionar todavía más calor.
Evita el primer Sol
Los primeros rayos de Sol tienen un efecto devastador en los cultivos más frágiles y los acaba quemando. El hielo que cubra las plantas debe derretirse poco a poco, así que utiliza variedades más altas y robustas que cubran las plantas más frágiles y sirvan de escudo ante la primera luz del día.
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