Dicen que el ser humano es cada vez más inteligente, capaz de investigar mejor, sacar conclusiones y descubrir algunas pocas leyes de la naturaleza. Existe una gran parte de la población totalmente adicta al culto de la ciencia, de la realidad tangible y el avance tecnológico. Celebran diariamente nuevos avances médicos, físicos y de cualquier tipo. La cuestión es avanzar, “evolucionar según ellos”, sea al precio que sea. “Por el bien de la humanidad!” podríamos pensar.
Resulta que la historia del ser humano viene ligada a la espiritualidad y la fe; antes basábamos nuestros actos en la supervivencia y la espiritualidad, pero poco a poco fuimos conociendo otros caminos y teorías, así que fuimos avanzando a pasos forzados para ceñirnos exclusivamente a lo tangible y a lo material. La ciencia se ha apoderado de nuestro pensamiento y ahora incluso negamos por completo nuestra espiritualidad, decimos que solo somos materia y átomos. ¡Y gracias a ello, hemos evolucionado muchísimo! Si lo pensamos, debemos haber nacido en la mejor época de la historia, puesto que ¡ahora somos seres terriblemente listos y nada creyentes!
Somos tan inteligentes y tan listos que hemos creado una economía basada en el consumo de bienes y servicios que es la causante de toda la pobreza del mundo. Somos tan y tan capaces de razonar que creamos nuevas vacunas que dejan morir a millones de personas a diario y no importa que vayan apareciendo nuevas enfermedades todavía más mortales, algunas de las cuales han mutado por culpa de las propias vacunas. Pero es que incluso gracias a nuestra inteligencia tenemos cada día más tecnología en la palma de nuestra mano que nos permite relacionar con los otros de una manera menos auténtica y más artificial, y por ello tenemos muchísimos amigos en Facebook con los que compartir fotos de nuestras vacaciones.
Imagínate si somos capaces de pensar que existen casi 1.000 millones de personas desnutridas en el mundo y más de 1.500 millones de personas con sobrepeso! Cada día cortamos más de 7,000 hectáreas de bosque y se desertifican más de 20,000 hectáreas por culpa de una mala gestión hidrológica. Pero razonamos tanto que, cuando vamos a comprar, escogemos los precios más baratos para poder guardar el dinero en el banco y olvidamos quién y cómo ha creado ese alimento. ¡No nos importa si perdemos hectáreas cultivables cada día, a quién le importan nuestros nietos!
Y es que gracias a los avances con los transgénicos ya sabemos que podremos solucionar el hambre del mundo, aunque ya desperdiciemos el 50% de la producción de alimentos mundial. Los policultivos ecológicos ayudarían a regenerar la tierra y recuperar especies de animales, ¡pero renunciar a la comodidad de estas grandes maquinas agrícolas es de estúpidos! Nuestra industria alimentaria, hecha por los seres más inteligentes de todo el sistema solar, es la mejor de toda la historia y con unos procesos tan sanos y tan salubres que nos han dado la época con más transtornos alimentarios de la historia y que contribuye a emitir 310 Kg de químicos tóxicos en el aire, tierra y agua cada segundo. Por no hablar de las múltiples sentencias que tienen acerca de publicidad engañosa…
Además, como lo mejor es ser inteligente y tener una carrera cuánto más especializada mejor, nuestros hijos son animados a aprender cada día antes y a abandonar sus años de juego. Prohibido jugar con barro y mancharse, que nos hace estúpidos! Y al mismo tiempo aumentan las enfermedades mentales y nuestros mayores desgraciadamente incluso pierden la memoria, pero tranquilos que la ciencia ya lo solucionará. Nuestros gobiernos nos engañan repetidamente, violan tratados internacionales y nos gobiernan las multinacionales pero nosotros somos tan tan tan inteligentes que tenemos internet para votar las causas por las que luchar. Dicen que hay peligro de perder alguna neurona si salimos a protestar, así que no nos vamos a jugar nuestro coeficiente intelectual…
Soy tan feliz…
¡Claro que sí, soy tan feliz porque estamos en una época bendecida por la inteligencia! Todo mi alrededor emite razonamiento, ciencia y sabiduría, no podría estar más satisfecho de que cualquier atisbo de espiritualidad haya quedado erradicado y que tengamos tanta inteligencia, ciencia y razón a las que adorar. No importa que la principal causa de mortalidad en las sociedades más desarrolladas sea el suicidio, deben ser 4 estúpidos que no valoran cuán inteligentes somos. Bueno, me despido que me emociono y todavía tengo que ver mis 4 horas diarias de televisión, no vaya a ser que caiga la media y no pueda seguir profundizando en los problemas del mundo. ¡Es que es tan estupendo ser inteligentes!
Nota: este artículo está basado en una charla con un amigo al que estoy profundamente agradecido
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