Dentro de unos días haré 30 años y estoy especialmente introvertido. Hoy me he levantado pensando en el día de nuestra boda, y me ha gustado poner mis palabras por escrito en el blog. Siento la traducción, pues la versión original era en catalán, y creo que pierde bastante…
«Cuando te estaba preparando los votos y tu estabas trabajando en la sala del lado, encendía yo un incienso, escuchaba música delante de un papel en blanco dejando ir mis pensamientos esperando poder empezar. Entonces sonó una canción que acostumbraba a escuchar de joven, en plena adolescencia y quizá por eso un calambre me recorrió el cuerpo, se me cerró la gola y me emocioné muchísimo.
La canción habla de como te sientes cuando estás enamorado. Capaz de hacer cualquier cosa, incluso las cosas más increíbles que no podrias ni explicar: cazar la luna, apagar el sol, creerte las mayores mentiras, negar la verdad. Hay momentos que hasta crees poder volar…
Des de la adolescencia sentía que el amor era así; una emoción loca, tan intensa que te hace flotar, te desgarra de placer y entonces todo es posible con solo soñarlo.
Pero cuando tu y yo nos encontramos, yo ya no creía en ello. Des de la primera mirada, el primer contacto, la primera cena, contigo he viajado muy lejos, muy hacia dentro. He sido capaz de seguir dejando cerradas las películas y vivir la nuestra propia, con un ritmo acelerado que jamás hemos sentido extraño, sino más bien demasiado familiar.
Ya des de la isla de Sifnos, en Grecia, hemos compartido el amor con lo más grande que he vivido, el nacimiento de Nael. Fueron 3 días de parto, pero nunca olvidaré el momento en que te pusieron a nuestro hijo encima y los 3 dejamos de estar en la Tierra. Me repito a menudo que no hay paisaje más precioso que despertar a vuestro lado, especialmente el tuyo.
Siento que caminar juntos (o correr como algunos dicen) no es como decía la canción. Caminar contigo es mucho más bonito que volar, y que el amor no te desgarra por dentro, sino que te descubre cosas propias que te permiten seguir mirando y cambiando. Claro que todo es posible, pero no sólo hay que soñarlo, hay que poner energía y hacerlo juntos. Estoy inmensamente agradecido a la vida por habernos encontrado. A veces parece que todo estaba previsto…
Así que hoy, delante de todos y todas te quiero pedir, Ariadna, si quieres casarte conmigo. Te quiero y deseo pasar toda mi vida a tu lado. ¿Quieres casarte conmigo?»
Entonces vi las lágrimas más bonitas que recuerdo en mi vida. Gracias día por empezar así.
Sergi, 11 de Septiembre de 2009 en Can Mateu, Breda
2 Comentarios
Buf buf buf! Quin fart de plorar Sergi…
No sé que dir. Només que em tornaria a casar amb tu cada dia amor meu. No saps com d’afortunada em sento.
T’estimo!
[…] Gracias Nael por darnos tanto, tanto, tanto. Y gracias a todos por estar en este difícil camino, y sobretodo gracias a la mejor madre que hay: Ariadna. […]